Desde hace muchos cientos de años se conocen las bondades que generan las lombrices en la agricultura. En los tiempos del antiguo Egipto se reconocía el efecto que producían en las tierras de cultivo durante la época de lluvias cuando el Río Nilo se desbordaba generando una humedad importante en los cultivos; se llegó a diosificar a la lombriz por su gran importancia en la agricultura y castigando estrictamente a quien intentara exportar una sola lombriz.
Desde las grandes civilizaciones antiguas se sabía que el valor de la tierra estaba dado por la cantidad de lombrices que se encontraban al cavar un hueco en la tierra.
Las lombrices no se criaban de manera intensiva ni semiintensiva, simplemente se proporcionaba humedad al suelo para permitir que se mantuvieran ahí.
La lombriz roja californiana no es cualquier tipo de lombriz; en términos simples, conocemos las lombrices de tierra y las lombrices composteadoras. Las lombrices de tierra son las que encontramos en cualquier jardín y cuyas funciones se limitan a cavar huecos dentro de la tierra permitiendo el paso del aire y colaborando a que se multiplique la vida dentro de ese pedazo de tierra. Las lombrices composteadoras se comen a los microorganismos presentes en la materia orgánica en descomposición.
Lo único que es nuevo en nuestro tiempo, es el saber con exactitud como viven las lombrices de tal manera que se permita su cría, no más. Los beneficios de las lombrices se sabían desde tiempos inmemorables cuando la agricultura era totalmente orgánica; la sociedad moderna es la que se olvidó de estas bondades al buscar la tecnificación y la producción en masa en el campo.
Vamos a intentar regresar a aquellos tiempos aprovechando los conocimientos que se tienen ahora respecto a la lombriz roja californiana. Intentemos alimentarnos sanamente a través de productos orgánicos para darle la vuelta al cáncer provocado por plaguicidas y fertilizantes ayudándole a nuestro organismo a defenderse de una manera natural de cualquier patógeno.
Busquemos disminuir el hambre en nuestro país para empezar, y fomentemos en nuestra comunidad la cria de la lombriz roja para que todos los desperdicios orgánicos sean aprovechados permitiendo que todos tengamos una mejor calidad de vida.
Desde las grandes civilizaciones antiguas se sabía que el valor de la tierra estaba dado por la cantidad de lombrices que se encontraban al cavar un hueco en la tierra.
Las lombrices no se criaban de manera intensiva ni semiintensiva, simplemente se proporcionaba humedad al suelo para permitir que se mantuvieran ahí.
La lombriz roja californiana no es cualquier tipo de lombriz; en términos simples, conocemos las lombrices de tierra y las lombrices composteadoras. Las lombrices de tierra son las que encontramos en cualquier jardín y cuyas funciones se limitan a cavar huecos dentro de la tierra permitiendo el paso del aire y colaborando a que se multiplique la vida dentro de ese pedazo de tierra. Las lombrices composteadoras se comen a los microorganismos presentes en la materia orgánica en descomposición.
Lo único que es nuevo en nuestro tiempo, es el saber con exactitud como viven las lombrices de tal manera que se permita su cría, no más. Los beneficios de las lombrices se sabían desde tiempos inmemorables cuando la agricultura era totalmente orgánica; la sociedad moderna es la que se olvidó de estas bondades al buscar la tecnificación y la producción en masa en el campo.
Vamos a intentar regresar a aquellos tiempos aprovechando los conocimientos que se tienen ahora respecto a la lombriz roja californiana. Intentemos alimentarnos sanamente a través de productos orgánicos para darle la vuelta al cáncer provocado por plaguicidas y fertilizantes ayudándole a nuestro organismo a defenderse de una manera natural de cualquier patógeno.
Busquemos disminuir el hambre en nuestro país para empezar, y fomentemos en nuestra comunidad la cria de la lombriz roja para que todos los desperdicios orgánicos sean aprovechados permitiendo que todos tengamos una mejor calidad de vida.
